Mujeres botín de guerra

Lilia Silvia Vásquez Calderón
lunes, 14 de junio de 2010

Los actores armados utilizan el cuerpo de las mujeres como botín de guerra para sembrar el terror en las comunidades, imponer control militar para obligar a la gente a huir de sus hogares y apropiarse de su territorio, vengarse de los adversarios, acumular "trofeos de guerra" y explotarlas como esclavas sexuales. Esto es lo que revela un informe de la relatora especial sobre la Violencia Contra la Mujer, Radhika Coomaraswamy, que también afirma que la violencia sexual es utilizada como forma de castigo en las mujeres que supuestamente tienen algún tipo de relación afectiva con miembros del bando contrario o que se presume colaboran con el "enemigo". En este sentido, se usa como una forma de advertencia a las demás mujeres de la comunidad.

En el mes de mayo la violencia generada por la llamada lucha contra el crimen organizado y las disputas entre grupos criminales dejaron un saldo de 1060 personas, entre ellas 53 policías, 16 menores y 61 mujeres ejecutadas. El pasado 13 de abril el Gobierno Federal, a través de los secretarios de Gobernación, Seguridad Publica , Defensa y Marina, así como el titular de la Procuraduría General de la República (PGR), entrego al senado un reporte en el que aseguraba que ya se contabilizaban 22 mil 700 personas fallecidas en la guerra contra el narcotráfico. Ello demuestra que la lucha entre el narcotráfico y la implementación del ejército a la vida civil, ha dejado en desamparo a personas ajenas a este conflicto, poniendo en total vulnerabilidad a hombres, mujeres, niños, niñas, que han sido presa de ataques, de fuego cruzado, de errores tácticos, equivocaciones o simplemente por estar en el lugar equivocado.

En lo que va de 2010 se han contabilizado 4 mil 714 asesinatos, y los estados con mayor número son: Sinaloa, Chihuahua, Durango, Tamaulipas y Guerrero. Esta violencia trae como consecuencia un fenómeno de crímenes de género; en 2009 Organizaciones no Gubernamentales (ONG) que trabajan en defensa de los derechos humanos documentaron 12 casos de mujeres, la mayoría menores de edad que fueron secuestradas por hombres armados y violadas tumultuariamente como si fueran botín de guerra.

La cifra creció en forma alarmante los primeros cinco meses de 2010, en que se han documentado 10 agresiones de este tipo en la capital de estado, la Procuraduría General de Estado señala que los casos de secuestro y violación tumultuaria son eventos aislados, a pesar de que los agresores parecen desarrollar un patrón similar, especialmente las bandas dedicadas al robo de automóviles a mano armada, que además de despojar del vehículo a sus victimas, en caso de que sean mujeres, son llevadas a bordo, atacadas sexualmente y amenazadas con infringir mayor daño a sus familias en caso de denuncia.

Uno de los principales problemas ante estos abusos sexuales es la impunidad, situación que se debe al miedo, al silencio y por lo tanto a la falta de denuncia y, en muchos casos, a la falta de conciencia de que esas formas de violencia sexual son un delito que debe ser mostrado. En el marco del conflicto armado la violencia sexual queda oculta detrás de otros delitos que se consideran más importantes, como el homicidio o el desplazamiento. Así, en las estadísticas se contabilizan estos delitos pero no el abuso sexual que en algunos casos se presenta previo a ellos. Es grave que en la guerra los más vulnerables paguen los costos más altos, y ante ello impere el silencio, la impunidad y el abandono

liliasilvia@yahoo.com