Cuando el 27 abril de 2007 la Asamblea Legislativa del Distrito Federal aprobó la iniciativa de ley para despenalizar el aborto, culminó una de las más largas e históricas luchas de las organizaciones feministas.
En tres años, los servicios de salud que se brindan a las mujeres que deciden interrumpir un embarazo han evolucionado. Además de ser seguros y gratuitos, salvaguardan los derechos de las mujeres, afirma Leticia Cuevas.
Sin embargo, a partir de este avance, la Iglesia católica y la derecha ultraconservadora pusieron en práctica una estrategia de blindaje de las constituciones de los estados para evitar leyes similares a la del Distrito Federal, subraya.
ABORTO SIN PENAS
El momento que vive México, en torno al respeto y ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, hace relevante el tercer aniversario de la ley que despenaliza el aborto, señala Leticia Cuevas.
Filósofa y pedagoga por la UNAM, integrante del movimiento feminista desde su juventud, expone:
“Nosotras pensábamos que la despenalización del aborto iba a ser más lejano, veníamos trabajando la homologación de causales, principalmente, y la despenalización del aborto la veíamos como a más largo plazo, sin embargo se dio la coyuntura”.
El 27 de abril de 2007, fecha en que la Asamblea Legislativa del Distrito Federal aprobó la iniciativa de ley para despenalizar el aborto, fue un cambio que permitió ver que la lucha tenía razón en términos jurídicos, sociales, éticos y de democracia, sostiene Leticia Cuevas.
“Sobre todo se veía que la autonomía de las mujeres por su propio cuerpo estaba ahí y que la ley podía ampararlas claramente”, dice la integrante de la agrupación Equidad y Género, Ciudadanía, Trabajo y Familia.
SEGURO Y GRATUITO
Con la despenalización del aborto en el Distrito Federal se cubre una necesidad, con la ventaja de que el servicio es gratuito y seguro. Antes de la ley, una mujer decidida a interrumpir el embarazo lo hubiera hecho, la diferencia es que hoy “su vida no corre riesgo”.
Admiradora de Simone de Beauvoir y convencida de que la educación es la mejor manera para lograr un cambio social, expone que una vez aprobada la ley, en 2007, la red que coordina implementó una estrategia de acompañamiento tanto a las mujeres como a las instituciones de salud.
En tres años, la evolución de los servicios ha sido considerable, aun cuando de 14 hospitales que iniciaron, sólo quedan ocho, brindando el servicio a las mujeres que deciden abortar.
Otra de las ventajas es que el Distrito Federal está siendo una opción para las mujeres de los estados, principalmente para aquellos donde la red trabaja desde hace 12 años: Tlaxcala, Morelos, Puebla, Querétaro, Hidalgo, Zacatecas, Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Jalisco y Estado de México, expresa Leticia Cuevas.
En dichas entidades se trabaja en la defensa y promoción de los derechos sexuales y reproductivos, y particularmente se sensibiliza a la población sobre el derecho a decidir, añade.
“La otra línea que trabajamos es asesoría y consejería sobre el uso de la pastilla de anticoncepción de emergencia, métodos anticonceptivos, de prevención e infecciones de transmisión sexual y sobre qué hacer en caso de un embarazo no deseado”.
CONTRA EL BLINDAJE
Cuando el 28 de agosto de 2008 la Suprema Corte de Justicia hizo constitucional la despenalización del aborto en el Distrito Federal, “se vino la andanada de la Iglesia católica y la derecha ultraconservadora”.
Leticia Cuevas asegura que “hicieron un blindaje para que no ocurriera lo mismo que en el Distrito Federal. Armaron muy bien su estrategia, negociaron con gobernadores y partidos dominantes en varios estados”, siendo el Partido Revolucionario Institucional uno de los actores más importantes.
“Creemos que fue un blindaje muy bien preparado y con un claro acuerdo entre las cúpulas. Lo que hemos estado haciendo durante todo este tiempo es denunciar, tratar de que nos escuchen a través de movilizaciones y de los medios de comunicación”.
Que se haya atajado la ley para despenalizar el aborto en los estados es un grave retroceso para el país, pues desde 1931 en la Constitución está despenalizado el aborto por violación y otras causales.
Además es lesivo para las mujeres, pues reducen sus derechos y también las criminalizan. “Algo que está sucediendo ahora es que son procesadas por aborto”, y cita como ejemplo el estado de Puebla, donde hay 30 mujeres enjuiciadas por interrumpir un embarazo.
“Parece que la andanada va mucho más allá de los acuerdos y los intereses políticos de la cúpula. Nosotras identificamos que se sigue la idea de querer controlar nuestros cuerpos, eso es lo que
está de fondo”.
“Parece que a la jerarquía de la Iglesia católica le molesta mucho que las mujeres seamos libres y podamos decidir”, subraya Leticia Cuevas.
“Estos tres años han sido de mucha lucha. Este proceso ayudó a que las feministas cerráramos filas. Vamos a seguir en la lucha por la defensa de los derechos de las mujeres y procurando que la autonomía de las mujeres se respete”, asegura.
Cristina Renaud y Dunia Rodríguez
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